Al comienzo del ciclo lectivo 2019, en la institución se logró presentar un proyecto que hace varios años atrás se quería llevar a cabo: apadrinar los chicos de 6° año a “los más chiquitos”, los alumnos de 1° año. Esto consiste en poder ayudarlos con las materias, con resúmenes y a superar los miedos en esta nueva etapa.

Antes de comenzar, dando mi particular opinión: ¿sabemos lo que significa “apadrinar”? y si sabemos su significado, ¿realmente hacemos correcto el trabajo de “apadrinar”? ¿Los estamos ayudando o quizás los perjudicamos?

Ninguno de los chicos de 6° estaba obligado a aceptar este propósito; era opcional y sin compromiso.

Estoy de acuerdo con ambas posibilidades, pero en desacuerdo en algunas cuestiones. Respeto la decisión de los chicos que no decidieron apadrinar, ya que algunos no pueden con su secundario y quizás no quisieron otras responsabilidades, pero también respeto la decisión de los chicos que aceptaron la propuesta. Apoyo la gran idea de poder acompañar a los pequeños del secundario con sus miedos, sus preocupaciones, pero no me parece bien realizarles los resúmenes y tareas. Si les hacemos todo no se podrán acostumbrar al ritmo y exigencia que implica el nivel secundario.

Es un tema delicado; hay opiniones varias, pero es algo para plantearse y pensar si realmente los beneficiamos o los afectamos en su desarrollo.

En mi opinión, deberíamos escuchar sus dudas, acompañarlos pero no darles todo servido, para que ellos mismos se vayan adaptando a la dinámica de la secundaria.

Francisco Sosa